Los "6G" por el mundo, hablando con la FAMILIA VIAJERA Giusiano
Entrevistas
10 de julio 2016
RECORRIENDO LOS 5 CONTINENTES CON NIÑOS
¡Son 6! Sí, 6 miembros componen esta familia viajera de aventureros con raíces Italo-argentinas.
Os presentamos a: Sofía, Sabrina, Matteo, Tomás, Alejandra y Eduardo, Los “6G” tal y como ellos firman en sus redes sociales y en su increíble web de viajes donde nos invitan a seguir sus maravillosas experiencias viajeras en familia por todo el mundo.
- ¿Cuándo empezó vuestra pasión por los viajes? Bueno, es una gran pregunta que no tiene una respuesta simple, trato de resumirla. Aquí tenemos una conjunción de dos pasiones, dos sueños que se transformaron en un proyecto de vida en común. La de los viajes es mía y empieza hace mucho tiempo cuando yo tendría alrededor 9 años y los libros de aventura ya hacían viajar mi mente y me veía en esos lugares remotos del mundo. La de una familia grande con muchos hijos es de mi esposa Alejandra, el desafío fue integrar ambos y tomar el sueño del otro como propio. A medida que fuimos avanzando la pasión se torno una sola y comprendía el viajar en familia, fuimos aprendiendo primero solos, luego con uno, dos, tres y finalmente cuatro. Esa pasión se fue fortaleciendo paso a paso.
- ¿Cuál fue vuestro primer viaje con niños? Definimos como punto de partida de familia viajera, el año 1995 con Sofía en la panza con un embarazo de tres meses rumbo a Colombia y Panamá. El siguiente que rompería todo paradigma fue en 1997 partiendo ya con Sofía en brazos, el mismo día de su cumpleaños número uno, hacia Medio Oriente. Les comparto un extracto del libro en proceso para ser más claro:
El punto de partida de Familia Viajera tiene una definición más arqueológica que arquitectónica, podría decir que “cavamos” en los recuerdos hasta encontrar el momento en que, de un modo más o menos consciente, comenzamos este proyecto de vida. De alguna manera la idea siempre estuvo, fue charlada ya en tiempos previos al casamiento, pero nunca con un formato concreto, eran simplemente dos sueños que evolucionarían juntos para dar vida a nuestra razón de ser como familia.
Definimos como punto de partida diciembre de 1995. Con Alejandra embarazada de 3 meses, partimos hacia Colombia y Panamá. No había sido fácil concebir a Sofía (queda más que claro que esta dificultad no se repetiría en el futuro).
El médico nos había autorizado a partir considerando que un descanso en un lugar tranquilo ayudaría a consolidar la gestación. Pobres ingenuos todos, si hay algo que tengo pendiente en mi vida es hacer un viaje descansado y tranquilo...
- ¿Cómo fueron los posteriores viajes dado que iban incorporándose nuevos miembros a la familia? El aprendizaje fue paulatino y la venida de un niño, más que una excusa para no seguir, pasó a ser una excusa para volver a partir. Dos de ellos “vinieron de polizón” de los mismos viajes y nacieron en nuestro país. En el primer viaje con Sofía hicimos un bautismo simbólico en el río Jordán y esto también fue parte de los incentivos: darles su bautismo simbólico en un lugar lejano. Esto por el lado emotivo. Por el lado operativo, ese mencionado aprendizaje generó la base de lo que llamamos la evolución técnica. Incorporamos una serie de protocolos y tecnicismos para elevar la eficiencia como equipo, no es fácil manejarse con cuatro niños en nuestros particulares destinos poco tradicionales para familias y con bajo presupuesto. Por mencionar algo: desde un código de color para cada uno y así identificar su equipamiento, equipos de comunicaciones, entrenamiento en defensa personal, primeros auxilios, etc.
- ¿Cómo reaccionaba la familia y amigos cuando les contabais que os ibais otra vez de viaje y con los niños? Este es todo un tema. Los primeros viajes fueron armados en estricto secreto para evitar detractores y “malas ondas”, fueron anunciados días antes de partir. El emblemático recuerdo es China, todavía con insipiente apertura en 1999 con Sofia que no tenía ni 3 años y Sabrina de uno recién cumplido. Un domingo anunciamos que el miércoles partíamos hacia China… no se imaginan las caras, pero no había vuelta atrás. Otro recuerdo más reciente, ya con los 4 sería antes de partir a Egipto en 2006, o la India en el 2008, donde los chicos mantuvieron el “secreto de estado” de manera increíble, preguntando cada tanto: y… ¿ya podemos contar? Cuando lo hicimos, tampoco había vuelta atrás. Hoy en día como se dice por aquí “están todos curados de espanto”, ya no hay secretos, ni limites, el viaje se disfruta desde el primer pensamiento, desde que se comienza a soñarlo… al mismo tiempo que comienzan las penurias de cómo lograrlo con escasos recursos.
- ¿Cómo surgió vuestra web y cuando se creó? La web surgió ante los requerimientos de compartir y también el “esquivar” el pedido de escribir un libro, cosa que finalmente termine haciendo con las experiencias de 20 años de familia viajera. La web se creó en el 2011, pero no es la que está actualmente flotando en internet, ya que era algo más artesanal y la de hoy en día fue provista por gente que se ha sumado voluntariamente a nuestro proyecto adaptándola a los avances tecnológicos. La asignatura pendiente sobre esta es darle un mantenimiento más sistemático. Si bien la web fue el punto de partida, lo que permitió que los 6G pudieran seguir adelante sobre todo en los últimos años, fueron las redes sociales. Fuimos generando una amplia e increíble red con gente de distintas partes del mundo y a través de ellos, me refiero a la gente local, que pudimos hacer factible las últimas travesías totalmente basadas en ellos. Esto no solo impactaba en lo económico sino en la filosofía de involucrarnos en su cultura. Siempre resalto que somos una familia común con recursos comunes y que justamente el profesionalizar nuestra operación como equipo es lo que nos permitió administrar y lograr resultados a veces increíbles. Muchos se imaginan que hacer un viaje es comprar un tour o los pasajes, los hoteles y listo, si no hay limitaciones económicas puede ser pero cuando las hay, gran parte del desafío y la aventura es ya lograr partir.
- Se podría decir, que habéis recorrido el mundo entero con vuestros hijos, ¿Cuáles han sido los destinos más memorables? ¿Y cuál destacarías como la mayor experiencia vivida en familia? Para el mundo entero falta mucho, pero sí, logramos pisar 5 continentes. No todos han estado en todos los países ya que los niños se fueron sumando a su llegada. Me es muy difícil decir que destino fue el más memorable porque todos han tenido algo en particular, algo especial dentro de alguno de los enfoques y las mayores experiencias en familia fueron variando de tenor según la edad de cada uno (y la cantidad). Por mencionar uno, podría decir que la India nos afectó profundamente, hubo un antes y un después en lo espiritual. Luego de ese viaje incorporamos lo que llamamos “dejar algo de nosotros” que significaba buscar en los destinos un nexo local para ese algo más, que inauguramos en Camboya y se expandiría en África con el proyecto “globos y chupetines”. En pocas palabras, colaborar aunque mínimamente, con alguna ONG, misión, lo que fuere que nos diera la oportunidad de dejar ese gesto y compartir en el camino. Toda esta evolución transformaría un simple viaje en una pequeña misión de acercar culturas.
Entramos en un tema que lleva de cabeza a muchos padres que quieren seguir viajando con sus hijos, pero que llegada la edad de la adolescencia, los hijos parece ser, que en el mayoría de los casos, prefieren hacer otros planes sin “sus padres”.
- ¿Qué nos podéis contar sobre el complicado tema de viajar con adolescentes? ¿Qué tipo de viajes les gustan más? ¿Es fácil convencer a los adolescentes a iniciar un viaje familiar? ¿Qué consejos daríais a los padres que se encuentra en esta situación? Bueno, me sonrío al leer esta pregunta porque estamos en medio de esa etapa, tengo en este momento desde “adultez” (Sofia, de 20 años), post adolescencia (Sabrina de 18), adolescencia plena (Matteo de casi 15) y en vísperas pero todavía niño (Tomás, de 11). Creo importante aquí comentarles algo fundamental de este proyecto de vida. Como lo mencioné, esto es la conjunción de un par de sueños: familia grande y viajes. No somos nómades, la decisión fue darles a los hijos una vida común, dígase: casa, escuela, amigos, abuelos, cumpleaños, etc. y los viajes como proyectos continuos pero acotados. Este balance tal vez ha ayudado a que, en esta etapa de adolescencia y post adolescencia, cada uno haga su parte propia de vida pero a su vez que nadie se quiera bajar de hacer un viaje. La ultima travesía por Papua Nueva Guinea e Indonesia fue solo hace meses y fue el primero que preguntamos… ¿quién no viene? y nadie quiso perdérselo. El mayor paradigma, hoy está en mí mismo, que me cuesta poder pensar un viaje sin todos, cosa que sucederá sin duda. La universidad no es flexible con sus tiempos y compromisos, cada uno madurara su propia visión de futuro, etc. En síntesis la vida sigue su curso.
Sobre los consejos a los padres que diseñan viajes con los hijos, hay que verlo como un viaje integral en familia tratando de incorporar actividades para todos los gustos y perfiles. Sin hacer juicios de valor porque todo es válido, pero más vale dejar un museo o un templo de lado para meterse en el rio a bañar elefantes como lo hicimos en Sri Lanka, revolcarse en la arena en Wadi Rum, remar en el Delta del Mekong, Saltar con los Masai, trepar una pirámide en Guatemala, volar en globo sobre Capadocia, ver un atardecer en el desierto de Omán… entre tantas cosas que pegan fuerte en mente y alma. Un viaje debe ser pensado para que todos encuentren su riqueza en el. También se deben reconocer las necesidades de cada edad, por ejemplo, alguna vez fueron pañales, hoy es conectividad con sus pares… Siempre hay que buscar el equilibrio.
- Y para terminar… Qué les diríais a las familias que todavía no se han lanzado a viajar con niños? Que no importa tanto el destino sino partir juntos, que esa maravillosa sensación de ir cortando amarras con la rutina y la contaminación en la que vivimos inmersos todos, para volver a tener un tiempo solo para nosotros y la aventura en el camino, valen todo sacrificio. Que no importan las edades porque es un viaje en familia. Que el aprendizaje penetra por todos los sentidos así tengan un año. Que no esperen a que sean grandes porque puede ser tarde, y como complementaria paradoja, que nunca es tarde para intentarlo. Que transformen sus miedos en cuidado, en prevención, que no sean obstáculos. Que vean el dinero como un medio, no como un fin. Que el mayor tesoro serán esos recuerdos. Que la vida en si ya es un riesgo y vale la pena tomar algunos más para sentir que uno ha vivido realmente. Para nosotros, es nuestro legado en vida a nuestros hijos.
Les comparto una reflexión de hace un par de años que me vino a la mente sobre esto, la escribí en esos momentos que al mirar una imagen se vienen a la mente esos recuerdos, que son los tesoros a los que me refiero. https://www.facebook.com/photo.php?fbid=1020708200...
Atardecer en la cima de una de las pirámides del centro astrológico mayor de Yaxhá en la maravillosa Guatemala Maya.
Junto a mis cuatro “ángeles”, mis guardianes de espíritu... Muchos me dicen que, si hubiera viajado sin tantos hijos hubiera llegado más lejos… yo, estoy totalmente seguro que, sin ellos, como la razón de cada partida, de cada uno de estos viajes que “dejaron de ser viajes” para pasar a ser una pequeña misión, en la que tratamos de mostrar la maravillosa diversidad de nuestro mundo, no desde el foco de un documental profesional, sino desde los ojos de una familia común, con fotografía amateur, con mucho mucho esfuerzo, con el solo objetivo de: compartir con quien quiera ver, contar a quien quiera escuchar… Es nuestro humilde aporte a la armonía y nuestro legado en vida a nuestros hijos… no tenemos otras cosa, solo lo que lo que hemos vivido… juntos… Gracias a Dios
¡Muchísimas gracias Familia Viajera, os deseamos muchísimos viajes más!
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